Posiblemente, nos esté tocando escribir unos de los capítulos más atípicos de estos diecisiete años de andadura. Posiblemente, estas palabras no consuelen plenamente el sentir de todos los corazones que conforman La Fábrica de la Ilusión y que, durante esta semana, han latido con una arritmia inusual en la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor.
Y es que, bien es cierto que hemos podido calmar con Bondad la sed de todo un barrio que necesita beber de la Fuente Santa de María; igual de cierto que pudimos vivir la Victoria poderosa del Señor en un día que quedará marcado a fuego en los anales del barrio de Fátima; al igual que sentimos cómo Dios vivo entró triunfante en nuestros corazones para santificarlos con una Salud y Paz de la que ya no queremos desprendernos.
Mas el capricho de la lluvia, esa que tanta falta hace para regar nuestras siembras y campos, quiso hacer acto de presencia en los días más amalayados por el pueblo cofrade y cristiano. Esa lluvia fue la que no quiso que el Señor de la Juventud volviera a caminar solo, sino que la próxima vez que lo haga sea bajo la mirada atenta de su Madre de Nazaret. Esa lluvia tampoco quiso que el Divino Salvador llenara una vez más de azul salesiano las calles de una ciudad necesitada de su Piedad y Auxilio. La misma, nos privó de vislumbrar el reino de los Cielos en los ojos del Rey del Amor, a través de su Perdón y por intercesión de la Esperanza de María. Es la lluvia que nos arrancó de las entrañas el suspiro eterno de Gracia más codiciado por los Músicos de Dios, para adormitar durante un puñado de horas entre los brazos de un Cristo más grande que las Puertas del Cielo. Esas precipitaciones que tampoco nos permitieron disfrutar de nuestro querido pueblo Veleño y su excelsa Madre de las Angustias Coronada. Ni una tregua nos ha brindado este Domingo de Resurrección para glorificar el cuerpo de Cristo Resucitado en los Albores de la mañana que dota de sentido pleno y Alegría a nuestra Fe.
Mas aún así, hoy es un día para honrar y dar gracias a muchas personas cruciales en nuestro día a día.
Gracias a todas las Corporaciones y Hermandades que han confiado en la A.M. Santísimo Cristo de Gracia, depositando en nosotros el mayúsculo privilegio y responsabilidad de ser los sones para su Titular en el día marcado en rojo en su calendario.
Gracias a todo el equipo de servidoras, servidores y a nuestros colaboradores de redes sociales, por engrandecer aún más nuestro trabajo y tratarlo con mimo, delicadeza y valía. Vuestro trabajo es una parte indispensable de nuestros logros.
Cómo no, gracias a todos y cada uno de nuestros componentes por su labor desinteresada, por su ilusión desmedida y su trabajo inconmensurable. El Principio de un Sueño sigue haciéndose realidad día a día gracias a vosotros. Que Dios Trinidad os colme de bendiciones hoy y siempre.
Y, por último, pero no menos importante, gracias a vosotros, al pueblo de Córdoba, Jaén, Montilla y Vélez-Málaga; así como a todo aquel que nos sigue detrás de una pantalla. Vuestro respeto, cariño y estima son el motor para que esta fábrica siga funcionando y sirva con su música de vehículo infalible para llegar a Dios a través de la oración que se hace tangible emanando de un pentagrama.
Sin más, dichosos por ser hijos de Gracia, descendientes de la estirpe cordobesa y evangelio vivo de Dios en las calles… se despiden los MÚSICOS DE DIOS.